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jueves, 18 de enero de 2018

TEXTOS DE HERÁCLITO

1.     INTRODUCCIÓN

«El libro a él atribuido se titula, por su contenido principal, Sobre la naturaleza, y está dividido en tres secciones: sobre el universo, la política y la teología. Se lo dedicó al templo de Artemisa e intencionadamente lo escribió, como algunos dicen, de un modo un tanto oscuro para que solo tuvieran acceso a él los capaces de entenderlo y no fuera fácilmente despreciado por el populacho […]»[1].
Oscuro, enigmático, inquietante, difícil, provocador, amenazador… son calificativos que en el trascurso de la historia han servido para rodear al «profeta del logos» de un halo de misterio y admiración, a la vez que le sitúa en un lugar privilegiado en el universo filosófico.
Se conservan de él un centenar de fragmentos de tipo B (originales, escritos por él) y muchos de ellos son de lectura muy complicada, abiertos a la interpretación, debido a su estilo aforístico y forzando el sentido de las palabras. Comentar los textos de Heráclito es un trabajo complejo y la posibilidad de entenderlo por completo resulta sumamente improbable.
 Ya en la modernidad fascinó a importantes filósofos, tales como Hegel, Nietzsche, o Heidegger cuyo modelo de escritura se inspira en la “oscuridad” de Heráclito. La provocación de este se hace explícita al percibirse, en ciertos párrafos, su desconfianza en la incapacidad de entendimiento del lector y, atendiendo a cierto carácter misógino, considerar su intelecto muy por encima del resto de los mortales.
Su interpretación sigue siendo un reto, el juego del “querer decir”, y lo que más fascina es su capacidad para mostrar la verdad al que la sabe leer, a veces entre líneas, otras por acentuaciones prosódicas, otras oraculares, etc., pero siempre dirigiendo su voluntad a la provocación del lector.
El pensamiento de Heráclito se sustenta en sus alusiones épicas, gnómicas, délficas y políticas, si bien, dentro de esta clasificación general, podemos realizar otras agrupaciones, tales como las que tratan sobre el logos, las que hablan del fuego, incluso del hombre y su alma. Trataré de exponer, en este trabajo, solo una pequeña muestra de textos con el fin de que sirvan de ejemplo de la inmensa profundidad de sus palabras, de la dificultad para interpretarlas, incluso de una estratagema fonética. Dada la extensión y complejidad de la obra de Heráclito, me veo obligado a ser muy restringido a la vez que debo intentar ofrecer una ligera idea del modo de escritura de este gran ¿filósofo?
2.     ALUSIONES ÉPICAS
2.1.  LAS TENSIONES
«La estructura del ser es contrariedad, el ser no sería si no contuviese contrarios».[2] Por supuesto que estos no son términos de Heráclito, pero para él la contrariedad está contenida en el ser mismo, así es que:
«Dios: día-noche, invierno-verano, guerra-paz, hartazgo-hambre. Pero se toma otro cada vez, igual que el fuego, cuando se mezcla con los inciensos, se llama según el gusto de cada uno»[3].
Eso es, los contrarios no son tal, sino que son uno. La naturaleza entera se concibe como confrontación entre opuestos, tensión entre contrarios. El equilibrio total del cosmos solo puede mantenerse si el cambio en una dirección comporta otro equivalente en la dirección opuesta, es decir, si «hay una incesante ‘discordia’ entre opuestos»[4]. De la misma manera, también las palabras «uno y lo mismo»[5] aparecen empleadas  como una nueva ilustración de los opuestos, donde aspectos diferentes de la misma misma cosa pueden justificar descripciones opuestas.
«No comprenden como lo divergente converge consigo mismo; ensamblaje de tensiones opuestas, como el del arco y el de la lira»[6].
Para tensar un arco hace falta que operen dos fuerzas opuestas, esto no se comprendería si se entendieran los contrarios como entidades separadas, como una positiva y otra negativa, es decir, que los contrarios podrían no entenderse como una cuestión de oponentes sino que estos forman un principio de unidad y de coexistencia: de ‘armonía’ como término genuino de Heráclito. Esta lucha constante se encuentra tanto en el cosmos como dentro del propio ser humano.

2.2  LOS CONFLICTOS
Pero esta confrontación, como principio activo, atiende a la «posición hegemónica de la guerra (polemos) y la disputa (eris) en la generación y jerarquización de los seres»[7]  y supone lucha, discordia, contienda, es decir, que todo lo que existe está en continuo conflicto, no solamente con las otras cosas, sino incluso consigo mismo:

«La guerra de todos es padre, de todos rey; a unos los señala como dioses, a otros, como hombres; a unos los hace esclavos, a otros, libres»[8].

Heráclito califica la guerra de rey y padre de todas las cosas, que son cualidades propias de una divinidad, ya que «no parece casual que los más destacados poetas hubieran utilizado esos mismos atributos para describir el poder de Zeus, la principal divinidad olímpica»[9].
La distinción entre hombres y dioses, parece, ha sido revelada por la guerra, por lo tanto, no hay esclavos ni hombres por naturaleza, sino que es la guerra la que los vuelve así. Esta hace a unos esclavos y a otros libres, en lo que se podría basar la tesis filosófica griega sobre la esclavitud.

«Necesario es saber que la guerra es común; la justicia, disputa, y que todo acontece por disputa y necesidad»[10].

La guerra, al ser común, algo que está por encima de todo como principio estructurador, esa oposición de sí contra sí, esa lucha que es al mismo tiempo armonía, ¿podría ser considerada quizá como un arkhé? Podría, pero parece más lógico «que se hubiera identificado con el dios Ares, omnipresente en la poesía épica»[11]. La justicia (dike) se asocia con la disputa (eris), por tanto, las cosas que ‘son’, son consecuencia del conflicto. No hay de qué lamentarse, porque nada es por injusticia, sino que todo es armonía cósmica: el cosmos como tensión entre opuestos.

3.     ALUSIONES GNÓMICAS
Gnómico de gnome (conocimiento), es el modelo de sabiduría de los griegos basado en la de los siete sabios, que se explicaban lacónicamente (corto, conciso y directo). Heráclito también presenta este estilo braquilógico. La pretensión de decir mucho en pocas palabras, un recurso aforístico e impactante de la escritura de Heráclito. Un ejemplo paradigmático de este estilo es la siguiente afirmación:

«La verdadera naturaleza gusta de ocultarse»[12].
«Physis kryptesthai philei»

Si la Physis es lo que se muestra, aquello que nace ¿por qué gusta de ocultarse? ¿Es una paradoja o contiene un trasfondo que Heráclito juega a ocultarnos? Quizá podamos aceptar el reto de la frase y profundizar un poco más en ella. La palabra physis está compuesta por phy (de phyo, nacer de las plantas), y la terminación sis que da un sentido de acción a la raíz. Los romanos tradujeron la palabra nascor (nacer) por ‘naturaleza’, y si lo que nace siempre quiere mostrarse, la frase de Heráclito nos llevaría a una enorme contradicción. Pero llama la atención la referencia de Homero:
«[…] Pues  unas hojas las tira al suelo el viento, y otras el bosque, al florecer,
las hace nacer (physei), al llegar la estación de la primavera.
Del mismo modo, el linaje de los hombres, uno nace (physei) y el otro languidece»[13].
Donde parece apreciarse claramente la comparación entre el nacimiento y la muerte de los hombres con el florecer y el caducar de las hojas de los árboles. Ciertamente no caben dudas al respecto. Pero hete aquí la sagacidad de Heráclito y el ejemplo evidente de que la frase gnómica va mucho más allá de lo que parece. Para ver hasta dónde nos lleva hemos  de remontarnos al uso original de la palabra physis, que utilizó Homero en una sola ocasión en la Odisea:

«Habiendo hablado así, el Argifonte (sc. Hermes) me dio el remedio.
Tras haberlo arrancado de la tierra me mostró su naturaleza (physin).
Era negra su raíz pero la flor se asemejaba a la leche[14].
Los dioses la llaman “moly”, muy difícil de arrancar
para los mortales. Pero los dioses lo pueden todo»[15].

Así pues, el primer uso que hace Homero de la palabra physis, es para referirse a una planta. Hermes enseña a Odiseo la physis de la planta ‘moly’: la parte que se ve es blanca (como la leche), y la oculta, su raíz, es negra. Pero al mismo tiempo, le desvela un secreto: sin raíz no habría flor, es decir, lo que le da vida está oculto; lo que hace que haya physis, es la raíz.
También se podrían derivar las funciones hermenéutica y hermética de Hermes. Este hace de mensajero, enseña lo que está oculto, lo que está hermético, y a lo que solo él tiene acceso; pero además es hermenéutico, pues otorga a Odiseo el camino de una interpretación verdadera. La paradoja es evidente: lo más importante (la verdadera naturaleza) de una planta está oculto.

4.     ACENTUACIONES FONÉTICAS
No quiero acabar este somero repaso a algunos textos de Heráclito sin reparar en dos que reclaman una curiosa atención[16]:
«La guerra de todos es padre, de todos rey […]»[17].
Como se puede comprobar en esta alusión a la guerra, la acentuación prosódica de la frase recae en sílabas fuertes, lo que le confiere una pronunciación potente, con lo que remarca su rotundidad marcial:

   V             V                     V             V                 V
Polemos panton men pater esti, panton de basileus…

En cambio en esta otra alusión, que puede referirse a la muerte y al destino del alma:
«A muertes más grandes, más grandes destinos tocan»[18].
 →               →             →             →                       →
Moroi gar mexones mexonas moiras lagchanousi…
La pronunciación está afectada por la fonética larga, quejumbrosa y fúnebre de la muerte (moiras).

Son dos muestras de otras tantas estrategias con las que contaba Heráclito para otorgar énfasis y misterio a unas palabras aparentemente claras y evidentes, pero llenas de celadas dispuestas por la forma oracular, délfica, con las que velaba su verdadero significado.

Nicolau Ballester
Diciembre de 2017

BIBLIOGRAFÍA



Casadesús, F. 2009. La transposición del lenguaje épico en el pensamiento filosófico de Heráclito. En Nuevos Ensayos sobre Heráclito. Actas del segundo Symposium Heraclitium. Enrique Hülsz Piccone Editor. México.

Castoriadis, C. 2006. Lo que hace a Grecia. Fondo de cultura económica. Buenos Aires.

Kirk, G.S., Raven, J., Schofield, M. 2014. Los filósofos presocráticos. Gredos. Madrid.

Nestle, W. 2010. Historia del espíritu griego. Ariel. Barcelona.

Ortiz Sainz, J. 2007. Diógenes Laercio. Vidas de filósofos ilustres. Ediciones Omega. Barcelona.





He utilizado también:

Apuntes de clase.
Traducciones proporcionadas en clase por el Dr. Casadesús.









[1] Ortiz Sainz, J. 2007. Diógenes Laercio. Vidas de filósofos ilustres. Ediciones Omega. Barcelona. Pág. 326.
[2] Castoriadis, C. 2006. Lo que hace a Grecia. Fondo de cultura económica. Buenos Aires. Pág. 277.
[3] Traducción proporcionada en clase por el Dr. Casadesús. DK 67. Markovich 77.
[4] Kirk, G.S., Raven, J., Schofield, M. 2014. Los filósofos presocráticos. Gredos. Madrid. Pág. 260.
[5] «Camino arriba, camino abajo, uno y el mismo». Traducción proporcionada en clase por el Dr. Casadesús. DK 60. Marcovich 33.
[6] Traducción proporcionada en clase por el Dr. Casadesús. DK 51, Marcovich 27.
[7] Casadesús, F. 2009. La transposición del lenguaje épico en el pensamiento filosófico de Heráclito. En Nuevos Ensayos sobre Heráclito. Actas del segundo Symposium Heraclitium. Enrique Hülsz Piccone Editor. México. Pág. 139.

[8] Traducción proporcionada en clase por el Dr. Casadesús. DK 53. Marcovich 2.
[9] Casadesús, F. 2009. La transposición del lenguaje épico en el pensamiento filosófico de Heráclito. En Nuevos Ensayos sobre Heráclito. Actas del segundo Symposium Heraclitium. Enrique Hülsz Piccone Editor. México. Pág. 140.
[10] Traducción proporcionada en clase por el Dr. Casadesús. DK 80. Marcovich 1.
[11] Casadesús, F. 2009. La transposición del lenguaje épico en el pensamiento filosófico de Heráclito. En Nuevos Ensayos sobre Heráclito. Actas del segundo Symposium Heraclitium. Enrique Hülsz Piccone Editor. México. Pág. 140.
[12] Traducción proporcionada en clase por el Dr. Casadesús. DK 123. Marcovich 8.
[13] Ibíd. Homero. Il. 6. 145-149.
[14] Los opuestos negro/blanco. La raíz, lo oculto, es negro; lo bello, lo visible, la flor es blanca. Recuerdo la magnífica referencia comparativa del Dr. Casadesús con el pancratium maritimum.
[15] Traducción proporcionada en clase por el Dr. Casadesús. Homero. Od. 302-306.
[16] Dicha atención fue despertada y explicada en la clase del 24/10/17 por el Dr. Casadesús
[17] Traducción proporcionada en clase por el Dr. Casadesús. DK B53.
[18] Ibíd. DK B 25.

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